miércoles, 31 de diciembre de 2008

granada es una metáfora que habla de lo que somos.

no se olvide que todos los integrantes de este blog ya celebramos el año como Dios manda (bueno, realmente no mandó nada porque celebrábamos su muerte).

qué mejor forma de acabar el año o el día que fumando, tumbado, a oscuras mientras suena the end. espero que todos sepáis a qué me refiero, Adri, tú por lo menos sí sabrás. si no, ya sabéis que recién llegar toca sesión de cine con (redoble de tambores) ... Apocalypse Now.



manú.

lunes, 29 de diciembre de 2008

mooremooreando

hoy estaba con el texto de moore, trabajando un poco para el ensayo, había unas cuantas ideas que mooremooreaban (murmuraban) por la cabeza.

quería enfocar el ensayo desde un contexto wittgensteniano (el tema del espacio lógico y el mundo).

quiero hablar de que en lo posible está incluido el mundo. lo posible es apriorístico. el mundo, por contra es a posteriori. para saber qué es el mundo (o qué hay) es necesaria la experiencia. moore distingue entre lo dado y lo presentado, ambos se perciben empíricamente. quiero preguntar... ¿es esta distinción algo discriminatoria? ¿está esta distinción basada en lo verosímil? ¿es lo verosímil un criterio filosófico? ¿cómo se puede establecer arbitrariamente la distinción entre lo dado y lo presentado?

bueno... cosillas que voy apuntando, a ver cómo evolucionan.
sigo por palma hasta día cinco, creo que cuando pueda discutir con vosotros veré avanzar mejor este ensayo de los cojones.

ya os iré contando.
un abrazo!

jueves, 25 de diciembre de 2008

FELIZ CUMPLEAÑOS JESÚS

lunes, 8 de diciembre de 2008

Reflexiones sobre la élite en la Filosofía

Hoy decir una vez por ahí, en el campus, la mítica frase de "la filosofía es para la élite", con unos toques muy fascistoides.

Bien, no voy a decir que es una frase que no me ha estado rondando por la cabeza hasta ahora, y creo que, aunque es del todo desacertada, hay que cambiar algunos matices.

No es que la filosofía sea para la élite, sino que la élite es para la filosofía. Esto implica una subordinación de la élite a la filosofía. Es decir por encima está la filosofía (en un estatus ontológico) y luego la élite.

Diciendo esto, realmente lo único que hago es dejar claro quien está por encima de quien, pero no doy ninguna visión nueva.

Ahora, para ser consecuente (a la par que creativo), defino lo que entiendo aquí por élite. Lo primero a definir, sería lo que le hace a la élite ser élite. Realmente no son unas cualidades como haber nacido en tal o cual familia o casta, ni la posesión de ciertos objetos materiales, ni mucho menos un lugar de procedencia, tampoco unas cualidades intelectuales superiores. Lo que define a esta élite como tal es la condición de haberse dado cuenta que todos (aquí por todos entiendo a toda la especie humana) tenemos a un pequeño filósofo dentro. No hay una sóla persona que no tenga dentro de sí una curiosidad por algo (que creo, es lo que define a un filósofo, el tener curiosidad). Pues bien, para fundamentar esta posición humanista de la filosofía planteo que en todas las culturas hay filosofía, y es una definición muy amplia de filosofía. Es decir, considero que el pragmatismo de la tribu de esquimales que viven a temperaturas bajo cero es filosofía, es actuar conforme a un medio con respecto a las posibilidades que tenemos. Llamo también filosofía (aunque con más reservas) a la forma de actuar de los islamistas en las mezquitas (que no a los atentados terroristas), esa voluntad de entrar en contacto con la única verdad que ellos pueden concevir, es decir, Allah. Llamo también filosofía al hecho de preguntarse por qué este sistema y no otro, por qué estas leyes y no otras, al ascetismo de los que son capaces de sobrevivir al más puro estilo Diógenes, pero en vez de con un barril con un periódico.

Para concluir, no nos creamos por encima de nadie hasta estar seguros de estarlo, y cuando estemos seguros de ello, para qué se lo vamos a demostrar, ya se dará cuenta la persona en cuestión. Y sobre todo no hagamos de esto una segunda escolástica a la que sólo puedan y quieran acceder los que están más altos en este sistema meritocrático.

P.D: que se me acaba de ocurrir y creo que está bien decirlo, vamos a respetarnos y ayudarnos a conseguir que todo vaya a mejor fomentando una actitud crítica desde los más pequeños a los más ancianos. No seamos una élite de gilipollas, sino unos humanistas de élite.

P.P.D: dedicado a Maganto por decirme que "a ver si escribes algo que no sea tan pesimista". Pues ya lo tienes, mi alegato anti individualista positivo.

P.P.P.D:aunque la dedicatoria principal es y será para Maganto, todos podéis disfrutar de ella, pero en parte y no en el todo, que entonces caemos en el tercer hombre.

martes, 2 de diciembre de 2008

¿Tiene este puto país lo que se merece?

Todo esto viene a raíz de un programa de televisión. En "El hormiguero", en fechas recientes, apareció un grupo de música llamado OBK. Hasta ahí, todo bien, cada uno es libre de oir mierda o no. Pero, entre el público asistente a dicho programa destacaba un sujeto con una camiseta que, como mínimo, nos dejó (a mí y a Eudemo) omnubilados. La camiseta en cuestión tenía un mensaje tal cómo éste: "Orgullo OBKero". Una clara profanación del lema proletario "Orgullo Obrero". Si hay gente capaz de tomar lemas con un claro mensaje de igualdad, de lucha por los derechos fundamentales de cada persona como ser humano, con la de muertes que acarreó y acarrea la situación del proletariado, y destrozarlos de esa forma, ¿no estaremos ante la clave de bóveda, el zeb y la máxima manifestación de la alienación? Para colmo, unos días después de tan agraciado accidente, una amiga de todos nosotros, la "Espe", soltaba por su boca (ya que a eso yo no puedo llamarle hablar) una frase parecida a "Franco, en realidad, era socialista".


Amigos y gente que lean este blog, no sé si este país tiene lo que se merece, pero desde luego, si permitimos que cosas como lo de Esperanza Aguirre quede impune, sin respuesta, es decir, si ni siquierasomos capaces de hacer que ella se retracte de sus palabras, ¿hasta dónde hemos llegado?, y ¿cuánto nos queda para terminar ya de caer?