jueves, 16 de abril de 2009

Sobre todo aquello que no podemos decir (y tampoco queremos)

Por lo menos a mi me ocurre constantemente. Estás caminando por la calle, sin pensar demasiado concretamente en nada y de repente te asalta una sensación extraña, hay una especie de ruido de fondo en tus inconexas meditaciones, que quiere postularse, que desea ser fomulada de una manera coherente y clara. Pero tras unos cuantos intentos y cigarros después descubres que es infructuoso, que puedes seguir intentandolo horas o fumarte cajetillas enteras y que esa sensación de ganas de decir algo no se va a materializar en la frase brillante (o no) que esperabas.

Y es entonces cuando me pregunto: ¿Por qué mierda es tan dificl pensar claramente algo que es evidente que bulle dentro, y sin embargo se manifiesta de forma obvia cosas que no quieres dec ir, o incluso no quieres pensar?

Suena a preguntas de adolescentes confusos y probablemente lo sean, pero es una de las sensaciones que más me llaman la atención. A veces me pregunto qué es lo que se esconde tras esas sensaciones, de donde mana o a dónde van todas a parar cuando porfin te obligas a seguir caminando y dejarlo.